viernes, agosto 31, 2007





El Domingo pasado Karin y yo estuvimos presente en la reunión realizada en Tabaré con motivo de la implementación del Proyecto 20 20, una vez más Dios nos hace el llamado a servirle.

Algo que realmente nos impactó fue una noticia a la que hizo referencia el líder, Holger García, la cual da cuenta de la pretensión de grupos religiosos de crear una norma que impida, en palabras simples, la evangelización en todo el mundo. De acuerdo a esto, para el 2010, sería imposible evangelizar y el llamado es a disponernos y aprovechar el tiempo y la libertad que tenemos para compartir de Cristo en nuestro país, aquí va algo que yo encontré en Internet, (no sé si es el mismo que leyó el líder pero es el mismo tema).

El gran peligro de este código es que llegue a asumir que el mensaje del Evangelio sólo puede ser difundido en muy determinadas condiciones, entendiendo por tanto que por el hecho de ser una persona perteneciente a una determinada confesión cristiana (protestante, católica u ortodoxa) ya se debe considerar como “convertida” a Cristo.
Esta idea es contraria a la doctrina tradicional protestante, que entiende que ser cristiano no es la pertenencia a una determinada institución o práctica religiosa (sea cual sea) sino una experiencia interior de relación personal con Jesús.
La superioridad que defiende la doctrina evangélica no es de una determinada confesión cristiana respecto a otras, sino de la persona y obra de Jesús –revelada en su Palabra- por encima de cualquier institución religiosa. Claro que para pensar firmemente esto se debe creer que es posible y además haberlo experimentado.

Nuestros saludos y bendiciones,


PD: Incluyannos en sus oraciones, abrazos.


Un «Código de conducta cristiano» ecuménico para curar la «obsesión de convertir a los demás»

GINEBRA, 21/08/2007 (ALC/ACPress.net)

Con la participación de representantes evangélicos y pentecostales se ha celebrado una consulta en Toulouse del 8 al 12 de agosto, en la que el proceso de estudio conjunto Vaticano-Consejo Mundial de Iglesias sobre conversión religiosa avanza un paso más hacia el objetivo de desarrollar un código común de conducta sobre la conversión al cristianismo. Iniciado en mayo de 2006 en una reunión en la que se afirmó la libertad de religión como un derecho humano "no-negociable" válido para todos en todas partes y, al mismo tiempo, se insistió en la necesidad de curarse de la "obsesión de convertir a los demás", el proceso conjunto de estudio entra ahora en su segunda fase.

A diferencia del primer encuentro, donde hubo participantes de diferentes religiones, la segunda fase del proyecto es un debate entre cristianos que se centra en una consulta teológica de alto nivel titulada "Hacia un enfoque ético de la conversión: testimonio cristiano en un mundo multirreligioso". La consulta se celebró en el Instituto de ciencia y teología de las religiones (ISTR) de Toulouse, Francia, del 8 al 12 de agosto.

En la consulta, unos 30 teólogos y representantes eclesiales católicos, ortodoxos, protestantes, pentecostales y evangélicos trataron de articular, desde un punto de vista cristiano ecuménico, qué debería formar parte de un código común de conducta sobre conversión religiosa.

LA CONVERSIÓN CRISTIANA

"La conversión es una cuestión controvertida no sólo en las relaciones interreligiosas, sino también en las relaciones entre cristianos", dice el pastor Hans Ucko, encargado del programa del CMI para el diálogo y la cooperación interreligiosos. "En América Latina es fuente de tensión entre la Iglesia Católica Romana y el movimiento pentecostal, mientras que, en otras regiones, las iglesias ortodoxas se sienten a menudo ´en la mira´ de algunos grupos misioneros protestantes." En definitiva, parece que el centro del problema son principalmente las iglesias evangélicas que quieren predicar de Jesús a católicos y ortodoxos.

"Como hay muchas acusaciones de ´robo de ovejas´ entre cristianos, muy probablemente nos plantearemos también esta cuestión.
El proyecto de estudio de tres años llevado a cabo conjuntamente por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y el Programa del CMI sobre diálogo y cooperación interreligiosos se denomina: "Una reflexión interreligiosa sobre la conversión: de la controversia a un código de conducta compartido". Se inició en mayo de 2006 en Lariano/Velletri, cerca de Roma, y su objetivo es desarrollar un código de conducta sobre conversión religiosa que pueda ser aceptado entre cristianos antes del año 2010.

RELACIÓN DE APOYOS

Una de las noticias más sorprendentes en relación a esta consulta es que el secretario general de la WEA (Alianza Evangélica Mundial, WEA por sus siglas en inglés), Geoff Tunnicliffe, otorgó su aprobación a la participación de su organización en el proceso patrocinado hasta ahora por el CMI y el Vaticano, especialmente si tenemos en cuenta que las Alianzas Evangélicas nacionales no han sido siquiera informadas ni consultadas sobre este punto.

La WEA es una asociación de organizaciones e iglesias evangélicas con unos 420 millones de miembros en todo el mundo. Así, según informa ALC la Alianza Evangélica Mundial estaría dispuesta a unirse al Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y al Vaticano para apoyar este código de conducta común que rija las actividades de búsqueda de conversos al cristianismo.

Es bastante menos sorprendente que el arzobispo de Toulouse, Robert Le Gall, monje benedictino experimentado en el diálogo interreligioso, dijo que veía el código de conducta como un instrumento para garantizar el respeto mutuo entre quienes están comprometidos con una religión.

Para el pastor Tony Richie de la Iglesia de Dios, denominación pentecostal con sede en los Estados Unidos, el código de conducta es sobre cómo los cristianos evangelizan. Richie abogó por una "evangelización dialógica".

El secretario general del Consejo de Iglesias de Malasia y comoderador de la comisión Fe y Constitución del CMI, pastor Hermen Shastri, propuso que el ethos fundamental del código de conducta sea una actitud respetuosa del derecho a sus creencias que tienen los creyentes de toda religión.

Según el miembro del consejo ejecutivo de la WEA, John Langlois, el código de conducta debería expresar arrepentimiento por las malas acciones del pasado, a fin de mostrar con claridad que se ha superado la mentalidad de superioridad con respecto a otras religiones.